|
Más extraño que la ficción
Ficha técnica.-
Título: Más extraño que la ficción (
Web:
Argumento.-
Aspectos matemáticos.- Abundan y son de índole varia: Series numéricas. La escena inicial, con la presentación del protagonista, recurre a las Matemáticas. Con voz en off se plasma la rigidez de su vida pautada mediante la enunciación de los números que la ordenan: Ésta es la historia de un hombre llamado Harold Creeck y su reloj de pulsera. Harold Creeck era un hombre de números infinitos, de cálculos interminables y de sorprendentemente pocas palabras. Y su reloj era aún menos locuaz. Cada día laborable a lo largo de 12 años, Harold se cepillaba sus 32 dientes 76 veces, 38 de un lado para otro, 38 veces de arriba abajo. (…) Harold se ataba la corbata con un solo nudo estilo Windsor en vez de un nudo doble, ahorrándose así hasta 43 segundos. (…) corría a la velocidad de casi 57 pasos por manzana, recorriendo 6 manzanas para pillar el autobús de Kronecker de las 8:17 (…) repasaba 7,134 expedientes de impuestos como inspector de la Agencia Tributaria”. Un compañero de trabajo le aborda en la oficina: Harold, ¿89 por 1.417? - 126.113. - Me sale la cuenta. Sólo se permitía un descanso de 45,7 minutos alimenticios y otro de 4,3 de ingestión de cafeína. Todo cronometrado con precisión por su reloj. (…) Y finalmente, a las 11:13, cada noche Harold se acostaba solo. Se vuelve en otras dos ocasiones a ese mismo recurso de la enumeración: Cuando Harold entra en la tienda de guitarras, enseguida hace una estimación del material almacenado: 122 mástiles, 732 cuerdas, 1642 pastillas y 189 botones de volumen. Cuando Ana explica cómo pasó de estudiante de Derecho a pastelera, haciendo pasteles con los que obsequiar a sus compañeros de clase, dice: "Al final del trimestre tenía 27 compañeros de estudio, 8 cuadernos llenos de recetas de galletas y una media de 5 pelado". Sobreimpresiones. Para acentuar la obsesión numérica, se ven a menudo sobreimpesiones de los números que controlan cada momento del día:
Otras veces, el personaje es enmarcado en diseños geométricos con el mismo fin:
Esa obsesión es así visible aún cuando no lo diga la voz en off. Por ejemplo, cuando acompaña al profesor al lavabo, vemos junto a cada dispensador de jabón la estimación del porcentaje lleno que mentalmente hace Harold:
Cuando sus compañeros lo usan como "calculadora humana", vemos sobreimpresa la cuenta:
Nombres de grandes matemáticos. La chica que enamora a Harold es Ana Pascal. Coge cada día el autobús de Kronecker y baja de él entre el Bulevar Bohr y la Avenida Euclides. En su búsqueda literaria, acude al Profesor Hilbert. Escenarios geométricos. La composición de las escenas usa reiteradamente la perspectiva con punto de fuga, las paralelas y los encuadres cartesianos:
Detalles secundarios.- En la mesa del Profesor Hilbert observamos las Torres de Hanoi, clásico problema de solución recursiva.
Cuando el médico le pregunta cuál es su palabra favorita, Harold responde "decimal". En definitiva en esta película hay muchos aspectos que llamarán la atención del espectador con gusto por las Matemáticas.
|
|
|||
(C) José María Sorando Muzás |