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Una mano hizo el número Una mano hizo el número. Juntó una piedrecita con otra, un trueno con un trueno, un águila caída con otra águila, una flecha con otra y en la paciencia del granito una mano hizo dos incisiones, dos heridas, dos surcos: nació el número.
Creció el número dos y luego el cuatro: fueron saliendo todos de una mano: el cinco, el seis, el siete, el ocho, nueve, el cero, como huevos perpetuos de un ave dura como la piedra, que puso tantos números sin gastarse, y adentro del número otro número y otro adentro del otro, prolíferos, fecundos, amargos, antagónicos, numerando, creciendo en las montañas, en los intestinos, en los jardines, en los subterráneos, cayendo de los libros, volando sobre Kansas y Morelia, cubriéndonos, cegándonos, matándonos desde las mesas, desde los bolsillos, los números, los números, los números. Pablo Neruda
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José María Sorando Muzás |
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