Resolución de problemas: Propuesta didáctica para la
Educación Secundaria
*
OBJETIVOS
Hay que establecer
claramente si se pretende
aprender a resolver problemas o
aprender resolviendo problemas,
o
bien en qué grado se pretende alcanzar cada uno de estos dos objetivos.
En los documentos oficiales se superponen y
confunden ambas propuestas. La resolución de problemas aparece a la vez
como contenido y como método.
Las propuestas
que siguen se centran principalmente en la enseñanza de la resolución de
problemas, aunque no hay que entender que la finalidad sea resolver el
problema, sino aprender de la situación. La tarea no finaliza cuando se ha
obtenido la solución, sino cuando ya no se puede aprender nada nuevo.
La otra vía
posible, considerarla como "eje organizador" de la enseñanza y
aprendizaje de los contenidos del currículo resulta más compleja, si se
entiende como una propuesta global. Lleva a formular el currículo como un
"programa de actividades" que permiten inducir los conceptos. Favorece
el conocimiento del método científico, de la ciencia como proceso. Pero
precisa una permanente tutela, al constatarse el fracaso del "aprendizaje
por descubrimiento" como medio de adquisición de información.
* LA SELECCIÓN DE
PROBLEMAS
Cuando se pretende una primera aproximación al
proceso de resolución de problemas, familiarizarse con las actitudes,
estrategias y procedimientos adecuados de pensamiento, es importante elegir
adecuadamente los problemas de modo que los conocimientos que presuponen
estén, realmente, al alcance de aquellos a quienes se proponen.
Problemas muy sencillos que permitan la participación de todos, e incluso de
los menos dotados, a fin de que sus pequeños logros les proporcionen
estímulos y ánimo para tareas más importantes.
Una
segunda fase, consistirá en la búsqueda y actividad más sistemática
alrededor de problemas adecuados para poner de manifiesto las estrategias
y técnicas específicas de trabajo de resolución de problemas. Estos
problemas harán referencia, preferentemente, a los contenidos que se
imparten en las asignaturas de Matemáticas. En el Taller de
Matemáticas tendrán mayor cabida las situaciones más abiertas, no
directamente relacionadas con contenidos escolares.
Es aconsejable
la aceptación por el profesor de problemas nuevos para él
propicia la enseñanza en circunstancias reales de la aplicación de los
procesos de resolución de los problemas. Para enseñar a resolver problemas a
los alumnos, éstos deberán ver cómo su profesor resuelve problemas, no
situaciones que para ellos son problemas pero para el profesor sólo son
ejercicios. Ello supone y confiere una autoridad moral por encima del
conocimiento de la solución y a salvo de los posibles errores que cometa
ante los alumnos. Educa además en el pensamiento productivo, no sólo en el
pensamiento reproductivo de respuestas aprendidas.
*
PROBLEMAS FAMOSOS
Para motivarles, podemos
ofrecer a los alumnos
problemas célebres, haciendo hincapié en su
importancia histórica (Ejemplos: Puentes de Königsberg, Apuestas de De Meré, etc).
La visión histórica recreadora ayuda a comprender cómo trabaja la ciencia y
cuáles son sus limitaciones ante los que hoy son problemas abordables pero
en su día fueron fronteras del pensamiento.
También les motiva
presentar APLICACIONES de las Matemáticas
a todos los niveles.
El conocimiento de aplicaciones actúa como una cierta evidencia experimental
que refuerza el interés.
* ¿CÓMO
PRESENTAR LOS PROBLEMAS?
Un problema no
debe ser visto como una situación que requiere una respuesta única
-conocida previamente por el profesor que encamina hacia ella- sino como
un proceso en el que el alumno se cuestione, experimente, estime,
explore, conjeture y sugiera explicaciones. La diferencia entre enfrentar al
alumno con un problema dando a entender que ya se conoce la solución u
ofrecérselo como situación abierta se traduce en un contexto de
competición y sanción o de curiosidad e interés. Una actividad
creativa no se puede construir exclusivamente sobre la rutina, recetas y
fórmulas. Una opción posible es el "desarrollo de investigaciones".
*
ENTRENAMIENTO
A resolver problemas no se
aprende si no es resolviendo problemas. No vale teorizar sobre estrategias heurísticas.
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REFLEXION POSTERIOR
Además de resolver
problemas hay que
reflexionar sobre el proceso de
resolución. De
varios modos se puede estimular esta reflexión operativa:
- ejercitando en las
técnicas de escritura de
protocolos o rótulos que ayuden al autoconocimiento.
- ofreciendo guías de
acción (modelos de resolución).
- identificando las
estrategias
más usuales.
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PROGRAMACION
Si es posible, es
altamente instructivo iniciar a los alumnos en la resolución de problemas
con ordenador a través de la
programación. En esa situación el alumno
actúa como
maestro del ordenador, al darle de forma estructurada
todas y cada una de las instrucciones necesarias para resolver el problema.
No se trata de "pensar como máquinas", sino de que "las máquinas piensen
como nosotros". Para hacerlo, el alumno debe pensar antes cómo actúa él
mismo cuando resuelve el problema, reflexionar sobre su propios procesos de
pensamiento, convirtiéndose en epistemólogo.
La
experiencia docente nos enseña que esta reflexión para la enseñanza
proporciona el conocimiento más profundo sobre los procesos mentales, así
como sobre los propios conceptos que manejan.
* AYUDAR AL
ALUMNO
El estudiante debe adquirir en su trabajo personal la más amplia experiencia
posible. Pero si se le deja sólo frente a su problema, sin ayuda alguna o
casi sin ninguna, puede que no progrese. Por otra parte, si el profesor le
ayuda demasiado, nada se le deja al alumno. El maestro debe ayudarle, pero no mucho ni demasiado poco, de suerte que le deje asumir una parte
razonable del trabajo.
El profesor
debe ayudar al alumno discretamente, sin imponérsele, sin
anticipar las soluciones, dejando que el alumno llegue a ellas.
Descartes concluye su
tratado
"La
Geometría" con estas palabras:
"Espero que nuestros
nietos me estarán agradecidos, no solamente por las cosas que he explicado
aquí, sino también por las que he omitido intencionadamente a fin de
dejarles el placer de descubrirlas".
Conviene que
el profesor se ponga en el lugar del alumno, trate de comprender lo
que le pasa por la mente, y así plantear preguntas o indicar caminos que se
le pudieran ocurrir al propio alumno.
También, que valore cada logro
alcanzado, aunque no sea la solución final correcta.
Es importante
que el alumno sienta que el profesor está allí para ayudarle, antes que para
sancionarle, fomentando su confianza y equilibrio. Un estudio con encuestas
a 500 alumnos en 18 centros (J. Mª
Sorando: "Vivir/Sufrir las Matemáticas") me
revelaron la gran carga afectiva que los alumnos vuelcan en sus intentos,
logros, fracasos y bloqueos.
* ESCOLLOS
Aparecen dos dificultades principales para llevar a cabo una enseñanza del
tipo descrito. Puede ser fácil y agradable con 10 alumnos. Pero no es nada
trivial hacerlo con 30, sin merma del tratamiento de la diversidad de
individuos en el aula. Asimismo, dicha enseñanza parece oponerse al programa
y los exámenes convencionales, siendo difícilmente evaluable.
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LA ORGANIZACIÓN DEL AULA
La propuesta
de Miguel de
Guzmán consiste en la constitución de
grupos de 6 alumnos, con un
secretario y un moderador en cada grupo, papeles que irán rotando entre los
miembros de cada grupo a lo largo de las sesiones. Los grupos debieran estar
formados mezclando alumnos con diferentes grados de conocimiento y
personalidades complementarias.
La misión del Secretario-observador consiste en observar e ir anotando los puntos
más importantes del camino que sigue el grupo en busca de la solución del
problema. Sus observaciones y sus notas constituirán el protocolo del
proceso y serán sustanciales para la reflexión conjunta y para la
comunicación al resto de la clase. Normalmente permanece en silencio, salvo
para pedir aclaraciones sobre el origen y sentido de las nuevas ideas.
Lo
verdaderamente importante es que se cree una
atmósfera favorable en el grupo,
libre de inhibiciones, libre de competitividad, pero de superación, en que
cada uno esté deseosos de aportar sin imponer, admitiendo que otros
desarrollen las propias ideas y colaborando para mejorar las ideas de otros.
La tarea esencial del
Moderador es precisamente mantener
permanentemente ese clima, estimulando las aportaciones, ordenando su
exposición, distribuyendo el trabajo cuando sea necesario.
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ESQUEMA
DE TRABAJO
El esquema a seguir por estos pequeños grupos sigue las fases
habituales:
a) El grupo se
familiariza con el problema.
b) Búsqueda de estrategias
posibles. Se recomienda la técnica del brainstorming
(tormenta de ideas), con las
siguientes reglas:
- cada uno propone las ideas que se le ocurran, con entera libertad, sin
orden.
- no
se enjuician las ideas que se van proponiendo.
- interesa la cantidad de ideas más que su desarrollo.
- las ideas son del grupo, no propiedad individual.
c) El grupo selecciona y
lleva adelante las estrategias que parecen más adecuadas.
d) El equipo reflexiona
sobre la solución encontrada, sobre el proceso de resolución y sobre la
dinámica interna del grupo.
e)
Y se añade la puesta
en común
de todos los grupos. los secretarios dan cuenta de los procesos y logros de
diferentes grupos sobre un mismo problema.
El
profesor
comenta y destaca las coincidencias y las diferencias, estimulando la
obtención de conclusiones y es portavoz de otros muchos investigadores, de
lo que la "comunidad científica" ha ido aceptando en un largo proceso. Se
trata de que los alumnos construyan su propia ciencia "subidos a hombros
de gigantes" (Newton dixit)
y no de un modo autista".
Varios
autores (Guzmán entre ellos) consideran que el trabajo en grupo constituye el
marco ideal para el aprendizaje de la resolución de problemas. Los
estudiantes participan juntos en un
diálogo que refleja el tipo de
diálogo interno que los buenos resolutores de problemas desarrollan
consigo mismos. Además constatan la insuficiencia de las ideas y resultados
obtenidos por un
único colectivo y la necesidad de
cotejar
los con
otros, característica fundamental del trabajo científico.
Para los alumnos mejor dotados, los ejercicios en grupo son especialmente
productivos porque el tener que comunicarse con los demás les obliga a sacar
a la luz y verbalizar intuiciones, imágenes y procesos que en un trabajo
individual hubieran permanecido ocultos. Igualmente, o quizás incluso en
mayor grado, también beneficia a los alumnos más flojos y/o inseguros,
a quienes pone de relieve cuál es el comportamiento a adoptar ante un
problema, en una situación entre iguales, sin juicio ni sanción. Para todos,
el trabajo en grupo eleva el
rigor lingüístico: si alguien expresa
una idea de modo basto o incompleto, dicha idea se completa, se explora o se
precisa. La claridad del lenguaje se convierte en un elemento esencial para
conseguir la correcta transmisión de las ideas entre los miembros del grupo.
*
LA EVALUACIÓN
El avance de
los estudiantes debe evaluarse sistemática, deliberada y continuamente
para que se pueda
mejorar de forma efectiva la confianza de los
estudiantes y su capacidad para resolver problemas en contextos diversos.
Para que desarrollen esta capacidad es muy importante que reciban
información y respuesta del resultado de esta evaluación, tanto de los
procedimientos usados como de
los resultados obtenidos.
Los
aspectos a evaluar son:
-
evaluación de las
capacidades de los alumnos en el uso de los recursos heurísticos:
-
evaluación de la
capacidad de comprensión de enunciados, formulación de problemas, uso de la
información dada y elaboración de conjeturas.
-
evaluación sobre el uso
de estrategias y técnicas de resolución de problemas.
-
evaluación de la
capacidad para comprobar, interpretar y explotar los resultados.
-
evaluación de la capacidad
para planificar, desarrollar y controlar procesos individualmente o en
grupo.
-
evaluación de las
posibilidades instructivas que encierra cada problema y del grado de
adecuación de la propuesta educativa realizada.
En todos ellos, es muy
revelador el análisis de los errores cometidos en particular, y de
los procesos en general, y no sólo los resultados finales.
Los
métodos
a utilizar son:
-
la observación del alumno
al resolver problemas por separado, en grupos pequeños o en discusiones del
grupo de clase.
- escuchar a los alumnos
discutir sus procesos de resolución de problemas
-
analizar
exámenes, tareas hechas en casa, cuadernos de clase y trabajos escritos.
-
Diario de clase: del
profesor, del alumno o de los grupos, si se ha adoptado dicha propuesta de
trabajo.
Los
sistemas de calificación:
-
Se puede calificar
mediante escalas cualitativas o progresivas que incluyan categorías como:
características personales, habilidades matemáticas, heurística, estructuras
de pensamiento y control sobre el proceso.
-
Se pueden dar puntos a
elementos primarios que entran en la resolución del problema: operaciones,
dibujos, tablas, comprobaciones, etc.
Terminaré con una cita de
Emmanuel
Kant:
"Persona es el ser humano que ante una situación cualquiera
de la vida examina lo que puede hacer, analiza lo que debe hacer ... y
después lo hace".
Educar en la resolución de
problemas es pues, en el sentido kantiano, educar para ser personas;
personas que dejan de ver las situaciones como inevitables para
considerarlas como problemas pendientes de solución.
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